Estudiar cocina profesional: qué necesitas saber antes de empezar

Estudiar cocina profesional, es formarse para trabajar en restaurantes, hoteles o negocios propios con técnicas validadas por la industria. También conocido como formación culinaria técnica, no es solo aprender a cocinar: es entender tiempos, costos, equipos y presión real de una cocina abierta. Muchos piensan que es cuestión de talento, pero la realidad es que se trata de disciplina, repetición y resistencia. Si te imaginas trabajando en una cocina de alta exigencia, necesitas saber qué te espera antes de invertir tiempo y dinero.

Le Cordon Bleu, una de las escuelas más reconocidas en España, con sede en Bilbao, ofrece cursos que duran entre 3 y 12 meses, con clases de 4 a 6 horas diarias. No es la única opción, pero sí una de las que más puestos laborales generan. Otras escuelas locales, como las de Barcelona o Sevilla, también ofrecen formación práctica con menos coste y más enfoque en la cocina española. Lo que importa no es el nombre, sino si el curso incluye prácticas reales en restaurantes activos. Y no olvides: el salario de un cocinero, en 2025, empieza en torno a los 1.185 euros brutos al mes. Es el mínimo legal en hostelería, pero con experiencia y especialización puedes llegar a doblar esa cifra, especialmente si trabajas en zonas turísticas como Ibiza o Mallorca. La diferencia entre ganar poco y ganar bien está en la especialización: saber hacer paella, manejar pescado fresco, o dominar la cocina de vanguardia te abre puertas que otros no ven.

Lo que no te cuentan antes de matricularte

Estudiar cocina profesional no es como estudiar una carrera universitaria. No hay vacaciones largas, no hay exámenes teóricos que puedas repasar la noche antes. Es físico, es cansado, y muchas veces es poco reconocido. Los horarios son de madrugada hasta tarde, los fines de semana son tu peor enemigo, y los días festivos los pasas preparando comida para otros. Pero también es gratificante: ver a alguien comer algo que tú hiciste, con una sonrisa, es un premio que no se paga en euros.

Si buscas estudiar cocina profesional, lo primero que debes hacer es probarlo antes de comprometerte. Haz un curso corto de una semana, trabaja un fin de semana como ayudante en un restaurante, o pide hacer prácticas no remuneradas en un local que te guste. Así sabrás si el ritmo te aguanta. No es para todos, pero para quienes sí encajan, es una de las profesiones más auténticas que existen: no hay intermediarios, no hay pantallas, solo fuego, cuchillos y manos que trabajan.

Lo que encontrarás aquí son historias reales, guías prácticas y datos que no te darán en las páginas de marketing de las escuelas. Desde cuánto cuesta un curso hasta qué salarios realmente pagan en la Costa Brava, pasando por lo que realmente enseñan en Bilbao y cómo evitar caer en promesas vacías. No hay teorías sin práctica aquí. Solo lo que funciona.