Si acabas de salir del agua con una botella de oxígeno en la espalda, lo primero que viene a la cabeza es planear el próximo vuelo. Pero hay una regla de oro que muchos desconocen: no volar justo después de bucear. En este artículo te explico por qué, cuánto tiempo deberías esperar y cómo organizar tu viaje sin sorpresas.
La razón principal es la descompresión. Cuando buceas, el cuerpo absorbe nitrógeno bajo presión. Si subes a gran altura demasiado pronto, la presión del compartimento de la cabina (que suele estar a 2.000‑3.000 pies) hace que ese nitrógeno vuelva a formarse en burbujas. Eso puede provocar dolor de oídos, mareos o, en casos graves, embolia gaseosa.
Las agencias de buceo como PADI y NAUI recomiendan esperar al menos 18 horas después de una inmersión sin descompresión antes de volar. Si la inmersión incluye paradas de descompresión, el tiempo recomendado sube a 24‑36 horas. Estos límites son conservadores, pero te garantizan una travesía sin riesgo.
1. Programa la inmersión antes del viaje. Si sabes que tendrás que volar, agenda tus inmersiones de modo que el tiempo de espera caiga en la noche o en una escala larga. Así cumples con la regla sin perder días de vacaciones.
2. Habla con tu instructor. Cada buceo es diferente: profundidad, tiempo bajo el agua y número de inmersiones influyen en el tiempo de espera. Un profesional te dirá el plazo exacto para tu caso.
3. Usa una tabla de descompresión. Si has realizado varias inmersiones en un día, consulta una tabla o una app de buceo para calcular el tiempo de superficie y el tiempo de vuelo seguros.
4. Evita alcohol y tabaco antes del vuelo. Estas sustancias pueden empeorar los efectos de la descompresión y hacer que te sientas peor en el avión.
5. Controla los síntomas. Si después de la espera sientes mareos, dolor de cabeza o dificultad para respirar, informa a la tripulación antes de despegar. Mejor prevenir que lamentar.
En resumen, la regla de "no volar después de bucear" es sencilla pero vital. Respeta el tiempo de espera, consulta a tu instructor y organiza tu itinerario con antelación. Así podrás disfrutar del mar y de los cielos con total tranquilidad.
Lo que nunca debes hacer tras bucear: volar, subir a altura, sauna, alcohol, ejercicio… con tiempos claros, ejemplos reales y checklist. Guía 2025 basada en DAN/CMAS.