Los Pirineos no son solo una cadena montañosa entre España y Francia. Son un mundo entero de valles, cumbres, lagos glaciares y senderos que se extienden por más de 430 kilómetros. Si piensas caminarlos, necesitas saber cuánto realmente abarcan, porque no es lo mismo hacer una excursión de un día que emprender un recorrido completo. Esta no es una cifra aproximada: son 430 kilómetros exactos desde el mar Cantábrico hasta el Mediterráneo, con una anchura media de 100 kilómetros y picos que llegan a más de 3.400 metros. No es una ruta cualquiera. Es una de las grandes travesías de Europa.
Desde el Cabo de Higuer hasta el Cap de Creus
El punto más occidental de los Pirineos es el Cabo de Higuer, en la costa de Gipuzkoa, donde las montañas emergen directamente del mar. Aquí, el terreno es abrupto, con acantilados que caen al Atlántico y senderos que se pierden entre matorrales de brezo y rocas calizas. El punto más oriental es el Cap de Creus, en la costa de Gerona, donde las montañas se desploman hacia el Mediterráneo en un paisaje de pinos, calas y faros solitarios. Entre esos dos puntos, la cordillera no es continua en altura, pero sí en geología y forma. Incluso donde parece desaparecer, como en el macizo de la Sierra de Albera, las rocas y los valles siguen siendo parte del mismo sistema tectónico que levantó los Pirineos hace 50 millones de años.
¿Por qué importa la longitud?
Si vas a caminar los Pirineos, no puedes pensar en ellos como una sola montaña. Son como un tren de picos, con cada sección diferente. La parte occidental, cerca de Ordesa, tiene glaciares, cañones profundos y ríos que cortan la roca como cuchillos. La central, con el Aneto y el Pico de Posets, es donde se concentran los refugios más grandes y las rutas más transitadas. La oriental, cerca de la Sierra de Cadí o el Canigó, es más seca, con bosques de pino negro y caminos de piedra que llevan a pueblos olvidados. La longitud total significa que si quieres hacerlo todo a pie, necesitas entre 25 y 40 días, dependiendo de tu ritmo y del clima. No es una caminata de fin de semana. Es una expedición que requiere planificación real.
Las rutas más conocidas y lo que realmente recorren
La GR-11 es la ruta más famosa por el lado español. Mide unos 820 kilómetros, pero eso incluye desviaciones, subidas a cumbres y caminos alternativos. La línea recta entre los extremos es de 430 kilómetros, pero la GR-11 se adapta al terreno, sube y baja, pasa por refugios y pueblos. La versión francesa, la GR-10, es casi igual de larga, con 860 kilómetros, y cruza zonas más húmedas y boscosas. Ambas rutas se cruzan en el valle de Ordesa, donde los senderistas se reúnen para descansar y cambiar historias. No hay una única forma de caminar los Pirineos. Puedes hacer solo 50 kilómetros desde Benasque a Torla, o puedes empezar en Hendaya y terminar en Cerbère. Lo importante es entender que cada tramo tiene su propia identidad.
Lo que no te cuentan sobre la extensión
La mayoría de los mapas muestran los Pirineos como una línea continua. Pero la realidad es que hay brechas. En el sector de la Sierra de la Cerdanya, por ejemplo, la cordillera se ensancha hasta 120 kilómetros, y el terreno se vuelve más suave, casi como una meseta. En otros lugares, como en el Paso de la Perdiguera, las montañas se estrechan hasta menos de 20 kilómetros de ancho, y el camino se vuelve más técnico. La altitud también varía. En el extremo occidental, los picos más altos están por debajo de los 2.500 metros. En el centro, el Aneto mide 3.404 metros. En el este, el Pico de la Munia llega a 3.143 metros. No es una montaña uniforme. Es un sistema vivo, con zonas que reciben más de 3.000 milímetros de lluvia al año y otras que apenas ven 600.
¿Cuánto tiempo lleva caminarlos?
Si decides hacerlo completo, no lo hagas sin preparación. Caminar 430 kilómetros en montaña no es lo mismo que caminar en llanura. El desnivel acumulado en la GR-11 supera los 45.000 metros. Eso equivale a subir el Everest más de cinco veces. La mayoría de los caminantes hacen entre 15 y 25 kilómetros al día. Eso significa 17 a 28 días de caminata pura. Pero hay que sumar días de descanso, mal tiempo, o simplemente perderse en un sendero que no estaba en el mapa. Muchos lo hacen en tres semanas, pero los que lo hacen en menos de 20 días suelen tener experiencia previa en montaña. Si eres principiante, planifica al menos 30 días. Lleva ropa para lluvia, frío y sol. Los Pirineos cambian de clima en minutos.
Lo que ves en el camino
Entre el Cabo de Higuer y el Cap de Creus, pasas por 12 parques nacionales y 38 reservas naturales. Ves osos pardos en los valles de Aragón, cabras montesas en los picos de Andorra, y águilas reales que planean sobre los cañones de Lleida. Los pueblos que encuentras no son turísticos. Son lugares como Bierge, en Huesca, donde la única tienda abre solo los martes, o Bourg-Madame, en Francia, donde el bar del pueblo es el único punto de conexión con el mundo exterior. Hay más de 200 refugios gestionados por asociaciones locales. Algunos tienen calefacción y ducha. Otros son simples cobertizos con una mesa y un toldo. No hay cadenas de hoteles. Aquí, la hospitalidad es personal, y a veces, solo viene con un vaso de vino y una palabra de ánimo.
¿Qué necesitas para caminarlos?
- Un mapa topográfico a escala 1:25.000 (el GPS falla en los cañones)
- Botas de montaña con suela rígida y sujeción en tobillo
- Una mochila de 30-40 litros con espacio para 3 días de comida
- Una chaqueta impermeable y transpirable (no una de plástico)
- Un sistema de purificación de agua (los ríos son limpios, pero no siempre seguros)
- Un plan B para cada tramo: hay días en que no puedes avanzar por nieve o tormenta
La mayoría de los caminantes olvidan algo simple: la comida. No hay tiendas cada 5 kilómetros. En algunos tramos, la próxima tienda está a 40 kilómetros. Lleva barras de cereales, queso duro, jamón serrano y pan de centeno. No te fiés de los mapas que dicen "servicios disponibles cada 10 km". En los Pirineos, eso es una ilusión.
¿Cuándo es el mejor momento?
La temporada ideal es entre junio y septiembre. En junio, las flores silvestres llenan los prados y las nieves aún cubren los pasos más altos. En julio y agosto, el clima es estable, pero hay más gente. En septiembre, las temperaturas bajan, los caminos están vacíos y las hojas de los arces se vuelven rojo fuego. Si vas antes de junio, los pasos de alta montaña aún están cerrados por nieve. Si vas después de octubre, el frío y las tormentas hacen peligrosa cualquier travesía. La mayoría de los refugios cierran en octubre. No hay servicio de transporte en invierno. Si quieres caminar los Pirineos, hazlo cuando el terreno te lo permita.
¿Vale la pena hacerlo todo?
No tienes que caminar los 430 kilómetros para conocer los Pirineos. Pero si lo haces, te cambia. No es solo una caminata. Es un viaje a través de culturas, lenguas y paisajes que han cambiado poco en 500 años. Hay gente que lo hace solo por la belleza. Otros, por el reto. Pero todos los que lo terminan dicen lo mismo: no era lo que esperaban. Era mucho más. Porque los Pirineos no se miden en kilómetros. Se miden en silencios, en vistas que te dejan sin aliento, y en la gente que te da un pedazo de pan sin preguntar quién eres.
¿Cuántos kilómetros tienen realmente los Pirineos?
Los Pirineos se extienden exactamente 430 kilómetros desde el Cabo de Higuer, en el mar Cantábrico, hasta el Cap de Creus, en el Mediterráneo. Esta es la distancia lineal entre los extremos de la cordillera, y es la medida que usan los geógrafos y los cartógrafos. Las rutas de senderismo como la GR-11 o la GR-10 son más largas porque siguen el terreno, suben y bajan, y evitan zonas intransitables.
¿Es posible caminar los Pirineos en una sola expedición?
Sí, pero no es fácil. Caminar los 430 kilómetros de la cordillera en línea recta requiere entre 25 y 40 días, dependiendo del ritmo, el terreno y el clima. La mayoría de los caminantes eligen las rutas GR-11 (española) o GR-10 (francesa), que miden entre 820 y 860 kilómetros por los desvíos y desniveles. Requieren preparación física, logística de alojamiento y equipo adecuado para condiciones cambiantes.
¿Qué rutas son las más recomendadas para principiantes?
Para principiantes, lo mejor es empezar por tramos cortos con buenos servicios. El valle de Ordesa (entre Torla y Broto) ofrece rutas de 10 a 20 kilómetros con refugios, tiendas y señalización clara. El sector de la Cerdanya, entre Puigcerdà y Bourg-Madame, es más suave y tiene caminos bien mantenidos. Evita los pasos de alta montaña como el Port de la Bonaigua o el Port de Vénasque hasta que tengas experiencia. Siempre lleva un mapa físico y un cargador portátil, aunque no confíes en el GPS.
¿Hay servicios en los Pirineos durante el recorrido?
Sí, pero no donde crees. Hay más de 200 refugios gestionados por asociaciones locales, pero muchos cierran entre octubre y mayo. Las tiendas y bares están en los pueblos, no en los senderos. Entre dos pueblos puede haber 30 o 40 kilómetros sin nada. Lleva comida, agua y un plan de emergencia. No confíes en que habrá un bar cada 5 kilómetros. En muchos tramos, el próximo punto de abastecimiento está a más de un día de caminata.
¿Cuál es la mejor época del año para caminar los Pirineos?
De junio a septiembre es la mejor ventana. Junio tiene flores y nieves en los pasos altos, ideal para quienes buscan contrastes. Julio y agosto son los meses más concurridos, pero con clima estable. Septiembre es el más tranquilo: los colores del otoño, temperaturas suaves y menos gente. Evita abril, mayo y octubre por riesgo de nieve y lluvias intensas. En invierno, la mayoría de los caminos están cerrados y no hay servicio de transporte ni refugios abiertos.
